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Perfumes nicho

D.S. & DURGA

versión olfativa de la gran novela americana

Él, un músico llamado David Seth Moltz (D.S.) ella, una arquitecta llamada Kavi Moltz (Durga) y juntos, crearon en 2007 la casa de perfumes D.S. & Durga, situada en el barrio newyorkino de Brooklyn, con la intención de recrear los olores herbales y florales recopilados por el mundo. Saltando de una esencia a otra, nos cuenta las historias de aquellos primeros pobladores, los originarios y los que llegaron de fuera, que poco a poco, con más o menos entendimiento, fueron creando el carácter la nación que hoy en día conocemos.

D.S. & Durga, podría considerarse la versión olfativa de la gran novela americana.

Un sueco llamado David Seth Moltz que antes de auto-aprender el oficio de perfumista, se dedicaba a la música y una arquitecta india llamada Kavi Moltz (aka Durga) crearon D.S. & Durga en 2007, una de nuestras marcas fetiche.

D.S. se encarga de poner en olor todo aquello que les gusta, los espacios, la música… y Kavi se encarga de diseñarlo todo, de llenarlo de luz, sombras y textura, y hay que reconocerlo, su packaging está a otro nivel.

Podríamos seguir hablando de lo que hace uno y la otra, pero lo interesante es lo que han hecho juntos, como han conseguido llegar a todo el mundo desde su pequeño estudio en Brooklyn, Nueva York. Empezaron haciendo los perfumes ellos mismos, enfrascando aquellos aromas que más les transmitían. El olor de un cowboy, a protagonista de una gran novela rusa… y poco a poco se encontraron con una colección llena de maravillas, con estilo propio y coherencia, y puede que justo eso sea lo que les ha hecho triunfar, su inconfundible sello personal. Porque como se dice, abstenerse los que no estéis buscando el perfumón “de la vida” (o del año), aquí no encontraréis perfumes que os dejen indiferentes, o te van a engatusar muy fuerte o soltarás aquello de is not my cup of tea.

Son capaces de crear una fragancia que huele a barbería en llamas (literalmente Burning Barbershop) y en la siguiente creación trasladarnos a la costa atlántica donde crece una simple rosa (Rose Atlantic). Le han hecho un perfume al cilantro (Coriander), han llevado a su terreno unos cítricos italianos (Italian Citrus) y han hecho de su homenaje a los artesanos del violín (Bowmakers), una fragancia amaderada de culto. Observando toda la colección, bien podría ser la versión olfativa de la gran novela americana. Porque según ellos, un buen perfume es un mundo al que puedes volver una y otra vez.

Pocas marcas llenan más de orgullo y satisfacción por el mero hecho de tenerlas en la estantería. ¿Porque a quién no le gusta presumir de ir perfumada con una fragancia que sólo se puede encontrar en los sitios más selectos de Europa? Si es que el lujo simplemente es aquello que nos hace sentir especiales.