9.1 Komorebi

Nunca la perfumería había estado tan a la altura de la dulce brisa que crean las mimosas en flor, o al menos no había llegado hasta nuestras pituitarias. Pero Pierre Guillaume lo ha conseguido, como ha conseguido otras muchas cosas, aligerar la mimosa hasta convertirla en un soplo de aire fresco que se cuela entre las hojas como si de un dorado sol se tratase, porque eso es lo que significa la palabra japonesa Komorebi. Menta, haba tonka, reseda, grosella negra y roble, bailando alrededor de la delicada flor amarilla. Una fragancia limpia, algo dulce y con un frescor desconocido hasta ahora.

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