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Perfumes nicho

Layering, el arte de mezclar perfumes

Buscar ese olor que nos defina, o esos olores, que en la vida ya hay suficientes cosas para serles fiel. Seguramente ése es el mantra por el cual se rigen la mayoría que compra un perfume nuevo. Un olor que os haga sentir completos, un poco más arreglados, preparados para comeros el mundo, aunque sea a cachitos.

Layering, mezclando perfumes

Tampoco suele ser tan fácil encontrar ese olor que nos caracterice y represente, así que vamos dando saltos de flor en flor, o de madera en madera, hasta que a veces el roce hace que nos enamoremos cuando no habíamos sentido ni tan siquiera un flechazo. Llegados a este punto de vida idílica con nuestra fragancia, a veces, se masca la desgracia: alguien de nuestro entorno cercano (o lejano, que a veces somos muy nuestros) empieza a utilizar el mismo perfume y se tambalean todos los cimientos que hemos ido construyendo sobre ese olor que tanto queríamos que nos definiera. Porque igual que nos define a nosotras, si define también a la vecina, ¿dónde está la gracia?

Con un par de semanas de diferencia, llegó a nuestros oídos la misma historia de un señor que se pasea por Donostia emanando un delicioso olor totalmente único. Perdone, ¿qué perfume lleva? Y el señor, con la confianza que da el hecho de que no sea la primera vez que te hacen una pregunta tan personal, contesto airosamente que era la mezcla de tres fragancias, de las cuales nombró dos y dejó la tercera en un misterioso anonimato. Y este el secreto que se puede llamar Layering de perfumes.

Frascos de esencia de perfumes y pétalos de rosa

Entonces, ¿se pueden mezclar los perfumes? Por supuesto que sí. Y de hecho, tiene hasta nombre: se llama Layering (layer significa capa en inglés). Una vez, un perfumista que conocimos nos dijo lo siguiente: decid a vuestras clientas y clientes que se atrevan a mezclar, que jueguen, que esto es como cocinar, ¿acaso en la cocina no nos atrevemos a innovar? A veces saldrá mal pero otras puede que salga bien, o muy bien incluso, y así puede que descubran ese olor que ningún perfumista les ha podido dar.

Como en cualquier juego, aquí también es más que válida la regla de “en mi casa jugamos así” pero por si alguien necesita un pequeño empujón para arrancar, aquí van dos pautas para el layering de perfumes:

  1. Siempre perfumarse con la fragancia más intensa primero y utilizar la más ligera para “aliñar” la primera.
  2. Como regla general, comienza el Layering con capas de perfumes que se encuentren la misma familia arómatica. Combinar fragancias que tengan una nota común, como por ejemplo la gardenia, vainilla, coco, té verde o rosa.
  3. Luego, si te sientes más atrevido, llévalo al siguiente nivel combinando perfumes opuestos como un ambar y un perfume especiado. Así es en el mundo de las fragancias, los opuestos se atraen y se complementan.
  4. Recuerda que el arte del layering comienzan en la ducha. Si usas un gel de ducha perfumado y después te aplicas una loción perfumada, adivina qué, ya eres una iniciada en el layering, así que no tengas miedo y lánzate al layering de fragancias.
  5. No hay por qué perfumar todo con todo. Si queréis, se puede utilizar un perfume en la zona del cuello, otro en las muñecas y dejar que se mezclen en el ambiente. Explora y diviértete.
Mezclar fragancias, jabones, cremas y perfumes

De aquí en adelante, vía libre. Personalmente, al inicio juega sobre seguro, que poco a poco te atreverás a hacer mezclas más arriesgadas. Hay helados y combinaciones clásicas, pero también hauy a quien le gusta el helado de limón y chocolate. Lo dicho, haya cada cual con las reglas que pone en su casa, lo importante siempre es pasarlo bien.

  • Un rico perfume en tus muñecas, un agua perfumada en tu ropa.
  • Una loción corporal afrutada en tus brazos y piernas, un perfume floral en tu cabello.
  • Un perfume especiado en tu brazo izquierdo una perfume afrutado en tu brazo derecho

Disfruta del Layering de perfumes y déjate llevar por esta técnica originaria del Medio Oriente, combina varios perfumes o aromas al mismo tiempo, para crear tu propio aroma personal. ¿Te atreves a jugar?