Daim

Lluvia y frío, la tarde no está para pasear pero el quedarse en casa suena algo aburrido. Entonces hay un gesto, un simple gesto que parece cambiarlo todo: encender la vela perfecta. Todo se hace a lo grande con una vela que huele a vainilla, cuero, opoponax y sándalo. Una tarde de lectura se vuelve una experiencia única y el hecho de ver una película adquiere otro tipo de gozo. Cálida, seca y dulce, Daim, es ese tipo de vela que aporta personalidad a quien la enciende y hace que cualquier estancia, se vuelve más acogedora y hogareña.

Si te gusta Daim puede gustarte…